QUERIDO LECTOR,
Tenía un plan en mente al tratar de ponerle orden al lío en el que me había metido. Creía que había logrado establecer una hoja de ruta para iniciar mi nuevo camino. Poco sabía yo que el destino tenía preparado algo distinto…
En medio de una conversación con alguien de gran valor en mi vida, noté que había algo mal o, por lo menos, algo que no cobraba mucho sentido. Sentía que estaba lista para lanzarme al vacío y darme permiso para experimentar una sensación que hace mucho había bloqueado: escribir y que alguien más me leyera. Te preguntarás qué hice entonces durante la universidad si no fue escribir y que alguien más se tomara el trabajo de leer. A lo que te contestaría en un tono dubitativo: “no es lo mismo” ... Normalmente, escribimos por una nota o por cumplir con una tarea. Normalmente, escribimos para contestar un correo formal o una discusión por WhatsApp. Sin embargo, esto me siembra una duda: ¿acaso la palabra ha perdido poder?
No tenía pensado hacer esto, pero definitivamente lanzar un blog sin una nota introductoria no sería lo mismo. Perdería un poco de norte o tal vez ni siquiera podría encontrar el horizonte dentro de un panorama tan adverso. Pero bueno, ahora que decidí hacerlo, bienvenido a mi punto de partida. Bienvenido al inicio de una travesía para redescubrir y replantear nuestro entorno alrededor de una discusión en prosa a la que solo le falta un verso para entonar una grandiosa melodía. Si esta es la primera vez que me lees, eres bienvenido a descubrir una faceta de mí que habla y escribe como piensa y siente. Si esta no es la primera vez que lo haces, eres también bienvenido, pero para que ahora sí te enganches.
¿Que no quieres hacerlo? No te obligo. ¿Que no te gustó? No te preocupes, sigue adelante. ¿Que te gustó? Suscríbete, acompáñame. Eso sí, vuelvo y digo, yo hablo y escribo como pienso y siento porque pienso que puedo y siento que debo. Sin embargo, eso no me exime de equivocarme o de cometer errores, pero sí te invito a participar en el diálogo desde una crítica constructiva. Una crítica que esté presta a la mejora continua y al aprendizaje mutuo. Una crítica que nos permita ponernos en los zapatos del otro para tratar de entender, no para juzgar. Igual, como me dijo esa personita especial en nuestra conversación, “uno no es monedita de oro para caerle bien a todo el mundo”.
Volviendo a lo relevante de la nota introductoria, de ahora en adelante, un día de cada tanto habrá una publicación en este blog personal. ¿Sobre qué? Ya lo veremos… Aunque bueno, es verdad… ya hay un par de pistas por ahí. Entra, chismosea, siéntete en confianza porque, de ahora en adelante, nos veremos en una cita virtual con una publicación sin igual. Que se vuelva cotidiano y una realidad porque El Silencio una voz tendrá.
En fin, bienvenido eres y bienvenido serás.





